Enseñando online con poca anticipación

El Dr. Greg Wilson del equipo de Educación de RStudio dió la charla online Teaching online on short notice, acá podés encontrarla traducida y en este otro artículo las preguntas y respuestas que se hicieron.

Así que acá estás, planeabas enseñar tu clase o impartir tu taller en persona, y ahora tienes que hacerlo en línea o no hacerlo. Nadie te está dando tiempo o dinero para hacer cambios, y otras cien cosas también necesitan su atención. ¿Por dónde debes comenzar y a qué debes apuntar?

  1. No cambiés lo que no tenés que cambiar. Tareas, envío de tareas, formas de calificación, foros de discusión: si ya los estás haciendo en línea, no los cambies ahora. Lo mismo ocurre con el contenido. Tus diapositivas y ejercicios pueden no ser perfectos, pero nada lo es.
  2. No hagas suposiciones sobre la tecnología o las circunstancias de tus estudiantes. Como dijo Elizabeth Wickes, “No presumas que la gente tiene {cosa}, tiene {cosa} genial, tiene su propia {cosa}, o incluso tiene un hogar donde podría estar {cosa}. Para cada vez que aparece {cosa}, completá con: internet, computadora, monitor, atención, etc.”
  3. No intentés ser (o superar) un video grabado. Incluso los videos mediocres requieren tiempo y experiencia en producción que probablemente no tengas en este momento, así que mové tu enseñanza en vivo en línea, en lugar de intentar grabar y editar vos. (Si de todas formas vas a hacer videos, lee primero “A Pattern Language for Screencasting” de Chen y Rabb).
  4. Aprendé la canción, luego improvisá sobre ella. Las personas que son buenas haciendo música no sólo inventan cosas sobre la marcha, primero aprenden la canción y luego improvisan a su alrededor. Escuchan al resto de la banda y a su audiencia mientras hacen esto. La mejor enseñanza en vivo (ya sea en persona o en línea) funciona de la misma manera. Hacé un plan, luego variá tu presentación dependiendo de quiénes son tus estudiantes, qué preguntas hacen y de lo que observás mientras hablás.
  5. No le enseñés a sillas vacías. Todas las personas confiamos en pequeñas señales sociales como asentimientos y expresiones corporales mucho más de lo que pensamos. Enseñar sin esto es realmente difícil. Si no es práctico/posible hacer que toda tu audiencia encienda su video, eligí un subconjunto de 4 a 6 estudiantes y pedíles que lo hagan para que tu cerebro crea que realmente tenés una audiencia. Esto también promueve la participación: tus estudiantes pueden ver que no están a solas. Después de cada descanso, podés seleccionar un subconjunto diferente de estudiantes y dirigir tus preguntas a ese nuevo subconjunto.
  6. Comenzá con un recorrido de la herramienta. Muchas funciones de tu herramienta de videoconferencia no serán obvias para tus participantes. Indicá dónde pueden escribir para conversar, dónde cambiar la vista de quienes participan, cómo responder encuestas, etc. Si tenés tiempo, unite a tu llamada como estudiante, toma algunas capturas de pantalla, anotalas y compartilas con tu clase. (Recordá que tu visión de la videoconferencia será diferente a la de tus participantes porque tenés otro rol).
  7. Dirigí el tráfico. Decíle a la gente dónde poner las cosas y dónde dirigir su atención. “Respondan en el chat”, “agréguenlo al documento” y “salí de la forma silenciada y contános”, todo hará que la clase funcione mucho mejor.
  8. Silenciá a tus praticipantes temprano, silenciá seguido. El ruido de fondo mata las reuniones, así que silencia a todas las personas después de cada participación y luego activa el micrófono de la siguiente persona que hayas llamado a participar. Y como señaló Chelsea Troy, en la mayoría de las reuniones en línea, la primera persona que habla durante una pausa gana la palabra. ¿El resultado? “Si tenés algo que querés decir, debes dejar de escuchar a la persona que habla actualmente y, en cambio, concentrarte en cuándo se detendrá o terminará para poder saltar a ese nanosegundo de silencio y ser la primera en decir algo. Este formato … alienta a quienes participan y desean contribuir a decir más y escuchar menos”. La solución es hacer un chat de texto junto a la videoconferencia donde las personas señalan que quieren hablar, y luego recurrir a ellas por turno.
  9. Llama a las personas por su nombre. “¿Alguna pregunta?” a menudo produce un silencio incómodo, e incluso cuando no lo hace, le da a las personas extrovertidas más tiempo de aire que a las demás. En su lugar, llamá a las personas de tu grupo seleccionado por su nombre. (Si tu herramienta de videoconferencia no muestra nombres reales de forma predeterminada, solicitá a tus participantes que agreguen su nombre cuando hagan preguntas en el chat). Esto también ayuda a igualar los efectos de las diferentes niveles en tu audiencia: podés lanzar preguntas fáciles a las personas que tienen dificultades y guardar las difíciles para las personas que de otra manera se aburrirían.
  10. No enseñés sála/o. Toda persona que hace excelentes cirugías, tiene al menos una persona excelente en enfermería a su lado. Del mismo modo, cuando enseñés en línea por primera vez, hacé que otra persona monitoree el chat en busca de preguntas, descubra a quién llamar a continuación, y así sucesivamente. Si nadie entre tus colegas puede hacer esto (recuerda que probablemente también están atravesando esta situación), solicita ayuda a uno de tus estudiantes, buscá entre quienes van más rápido. Quienquiera que sea, asegurate de presentarle al comienzo de la clase.
  11. Hacé una prueba antes (con tu co-docente). Quince minutos antes de que hagas una clase real (más grande) con un grupo pequeño te puede salvar de decir: “Nadie me dijo que había un firewall”.
  12. Mantené tus notas a tu lado. Por alguna razón, las personas parecen menos distraídas cuando miran hacia un lado una copia impresa, que cuando miran hacia un segundo monitor. También hay menos riesgo de que su audiencia vea el interior de su nariz…
  13. Agregá notas a tus presentaciones. Pueden ser puntuales o largas dependiendo de cuánto tiempo tengas, pero harán que tu contenido sea más fácil de encontrar, más fácil de revisar y más accesible para las personas que tienen problemas para ver o escuchar.
  14. Usá herramientas de accesibilidad para ayudar a toda tu audiencia. Las notas en tu presentación son sólo un ejemplo de esto. Agrandar el cursor, usar Keycastr para mostrar las teclas de control mientras escribís, cambiar al modo de alto contraste, todo ayuda a compensar un video que se interrumpe por una mala conexión a internet o un video de baja calidad por el uso de una pantallas de baja calidad.
  15. Enseñá desde tu pantalla más pequeña. Si tu presentación o tu código están en tu elegante monitor de un metro de ancho que usás para su trabajo diario, no se verán bien cuando se aplasten para encajar en la ventana de 800 píxeles que tus estudiantes tienen en sus tabletas. El uso de una ventana de video más pequeña también reduce un poco el ancho de banda, lo que a su vez puede ayudar a los estudiantes en entornos de baja calidad de conexión.
  16. Tu voz importa más que tu cara. Podés apagar el video si es necesario, pero si se pierde el sonido, tu clase no avanzará. Podés usar auriculares con micrófono, pero pueden resultar incómodos después de un par de horas (especialmente si usás anteojos). Un micrófono Yeti o Samson Meteor es más cómodo. Si usás uno, vale 30 dólares obtener un soporte para el micrófono (porque si está en tu escritorio, todo tu público escuchará cuando usás tu teclado).
  17. Desactivá tus notificaciones (también pedíselo a tu público). Es grosero revisar tu teléfono o leer el correo electrónico durante una reunión en persona, así que no lo hagás cuando estés enseñando (ni siquiera mientras tus estudiantes están trabajando en un ejercicio). Probablemente no puedas persuadir al total de tus estudiantes para que te devuelvan el mismo nivel de respeto, pero sí a la media docena a quien le pedís que su video que quede activado para no hablarle a las sillas vacías.
  18. Compartí trabajo en tiempo real. Hacé que tus estudiantes compartan su trabajo en un Google Doc o HackMD durante la clase. (Esto no es más o menos intimidante que pedirle a una persona que estudia música que toque algo para la clase). Cuando lo hagas, pegá una lista de los nombres de las personas para que sepan dónde escribir. Una vez que tus estudiantes entren en confianza con la herramienta (lo que tomará algunas horas), pedíles que tomen notas compartidas en el mismo documento para que tu co-docente pueda ver lo que creen que estás diciendo.
  19. Mantené un registro de quién ha hablado y quién no. Una vez más, una clase en la que dejas participar a quien quiera puede convertirse rápidamente en una discusión entre un par de personas extrovertidas, así que mantené un registro de quién habló y con qué frecuencia y tratá de igualarlo. No necesitás tecnología para hacer esto: un trozo de papel y un lápiz funcionarán bien.
  20. Preguntá, llená, llamá. Pensar lleva tiempo. Lo mismo ocurre al tipear en un teclado, y siempre hay un retraso, por lo que al hacer preguntas o sugerencias, da tiempo a las personas para responder, pero hablá mientras esperás respuestas para evitar el silencios incómodos.
  21. Pedí predicciones. Las encuestas en línea ayudan a mantener la atención de tus estudiantes, pero deben prepararse antes de la clase. Preguntarle a tus estudiantes “¿Qué va a pasar cuando ejecutemos este código?” es una buena alternativa para mantener la atención y no requiere preparación adicional.
  22. Usá salas de trabajo. La instrucción entre pares es la práctica de enseñanza escalable más efectiva que conocemos. Se basa en que tus estudiantes debatan sus respuestas a una pregunta motivadora durante dos o tres minutos a la vez. Las salas de trabajo de Zoom hacen que esto sea relativamente fácil de ejecutar en línea. Lleva entre 15 y 30 segundos llevar a tu público a salas más pequeñas separadas. En una clase de cuarenta personas habrá una o dos personas que inicialmente tendrán problemas con las salas de trabajo, pero esta modalidad hace mucho para mantener a todo tu público involucrado y motivado (Zoom también admite pizarras blancas, pero no intentes usarlas hasta que te sientas a gusto con sus otras funciones).
  23. Tomáte un descanso cada hora, porque la unidad básica de tiempo de enseñanza es la vejiga.

Lo más importante para recordar es que nadie sabe realmente cómo hacer esto todavía. No tengas miedo de probar cosas y compartí tus experiencias: todos aprenderemos más rápido si aprendemos juntos.

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